viernes, 17 de enero de 2014

Christoph W. Gluck: Orfeo ed Euridice (Acto II)





Janet Baker, mezzosoprano
Elisabeth Speiser, soprano
Elizabeth Gale, soprano
Glyndebourne Festival Opera Orchestra
Raymond Leppard, director
Peter Hall, dirección escénica
 
Acto II. A las puertas del infierno, las Furias guardianas exigen conocer la identidad del intrépido intruso. Orfeo toca su lira y les implora que tengan piedad de sus lágrimas. A primeras, ellas se rehúsan a hacerlo e intentan asustarlo. Pero al final acaban cediendo ante su canción persuasiva; cuando Orfeo repite su pedido, lo dejan pasar, permitiéndole aproximarse a los portones del infierno.
En los Campos Elíseos, un grupo de espíritus benditos baila serenamente. Al retirarse, entra Orfeo, buscando a su esposa. Aunque hace un alto para deleitarse con la escena, expresa que solamente la visión de su esposa podrá curar su amargura (“Che puro ciel”). Las Sombras, escuchando su pedido, traen a Eurídice, cubierta con un velo. Orfeo, dichoso, la toma de la mano, cuidándose para no mirarla, y reinicia su camino de vuelta al mundo superior. Mientras parten, los espíritus les cantan bienaventuranzas. (“Torna, o bella”).

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